Llegar a tus metas requiere de esfuerzo, disciplina, y sin duda, diversos sacrificios ¿cierto? De lo contrario cualquiera pudiera lograrlo, sin embargo, es necesario que tengas cuidado, porque si te exiges demasiado puedes tener repercusiones negativas que te lleven a perder todo tu progreso.
Comprendemos que cuando tienes una responsabilidad o quieres alcanzar un objetivo, es necesario poner lo mejor de ti, pero es necesario que recuerdes que el descanso e incluso el ocio, te ayudarán a cumplirlo.
Llevar a tu mente o tu cuerpo a un límite al cual no está acostumbrado o en el que no le das descanso puede causar diversos problemas y consecuencias, lo cuales pueden causar un retroceso o te quitarán la oportunidad de seguir adelante.
Pues, como seguramente ya sabes, ambos tienen gran influencia en el otro y cuidar de ambos aspectos, debe ser una prioridad en tu vida. Si piensas que esto puede sonar un poco exagerado, te comprendemos, por ello en este blog te enlistamos las posibles consecuencias en tu mente y cuerpo cuando te exiges demasiado.
Índice
Cuándo la autoexigencia es un problema
Como mencionamos al principio del contenido, la autoexigencia no es un aspecto negativo, incluso es bueno porque te ayudará a superar tus limites, lograr tus metas y llegar a donde no creías que era posible, gracias a que la constancia es un factor fundamental para esto.
Pero ¿cuándo es la autoexigencia mala? Este pasa a convertirse en un factor negativo y dañino para tu vida, cuando en vez de impulsarte a llegar a tus metas, comienza a haber pensamientos negativos y otros aspectos más como:
- Crítica negativa.
- Solo resaltar tus errores.
- Lenguaje agresivo.
- Generar inseguridades.
- Crear expectativas exageradas.
- Menospreciar tus logros.
Consecuencias cuando te exiges demasiado
Dar lo mejor de ti mismo, es importante en cualquier área en la que quieras destacar, pero debes recordar que hay una delgada línea en la que se vuelve autoexigencia y se convierte en una acción destructiva para ti mismo.
De ser así, estás son las posibles consecuencias que puedes enfrentar.
Puedes desarrollar ansiedad y estrés
Una de las principales consecuencias que puede traer un alto nivel de autoexigencia, es el desarrollo de ansiedad, así como de estrés. Al estar gran parte de tu tiempo preocupado por seguir cumpliendo con tareas y pendientes, o pensamientos recurrentes de fracaso, puede comenzar con estrés pero luego se desarrolla como ataques de ansiedad.
Te podría interesar:
¿Cómo saber si tengo ansiedad?
Te cansas mentalmente
Igualmente puede presentarse cansancio o fatiga mental, el cual se genera por la sobrecarga de trabajo y estrés por un largo periodo de tiempo. Esto provoca una disminución del rendimiento físico como mental, es decir, no te sientes con la energía para realizar tus actividades o resolverlas.
Tienes menos tolerancia a la frustración
La autoexigencia y la constante búsqueda para hacer las cosas de la mejor manera y que nada salga de tu plan, puede generar una baja tolerancia a la frustración, es decir, el enfado o molestia ante los errores y fallos.
Esto en sí es un gran problema, debido a que en diferentes momentos de la vida te enfrentarás con situaciones que no serán como planeaste.
Comienzas a creer que no eres suficiente
Como te mencionamos en el anterior punto en el camino de diferentes aspectos de tu vida, seguramente te encontrarás con obstáculos y posibles fallos. Si te exiges demasiado puedes comenzar a tener pensamientos negativos los cuales te llevan a pesar de que por más de tus esfuerzos, no eres suficiente, pues aún hay equivocaciones.
Pensar que no eres suficiente solamente te trasera diversos problemas, como falta de motivación, no alcanzar tus metas, baja autoestima, comparaciones, miedo al fracaso, entre otros.
No te sientes satisfecho con los resultados
Otra de las consecuencias que se presentan cuando te exiges demasiado, es que con el cumplimiento de tu objetivo, no eres capaz de disfrutar el fruto de tu esfuerzo.
Esto suele suceder, porque al estar más enfocado en seguir trabajando y buscando la perfección de las cosas, no quieres conformarte con algo menos, o “no es lo que esperabas”, provocando en ti sentimientos de tristeza y malestar.
No disfrutas el proceso
Uno de los aspectos más importantes y que pueden desaparecer cuando demandas mucho a ti mismo, es la capacidad de disfrutar los pequeños logros que vas obteniendo en el camino, además que por el estrés, carga emocional y diversos factores negativos, ya no disfrutas lo que haces.
Perjudica tu higiene de sueño
La higiene del sueño es uno de los factores físicos que se ve perjudicado ante la exigencia severa, puede ser por voluntad propia al no darle importancia a tu horario de descanso, o bien por la preocupación de las diversas tareas que aún debes terminar o no salieron como deseabas.
Y como seguramente sabes, el descanso es importante para recuperarte del estrés del día, te ayuda a tomar buenas decisiones, además de que regula los sentimientos de estrés ansiedad, y estimula la hormona de la felicidad.
Desarrollas malestares físicos
Incluso si te exiges demasiado, tienes una gran probabilidad de desarrollar malestares físicos, por ejemplo, dolor de cabeza, migraña, dolores musculares, problemas estomacales, etc. Todo debido a la falta de descanso y exposición al estrés.
Problemas de apetito
Igualmente se puede presentar problemas en el aumento o falta de apetito, muchas veces esto se debe a malos hábitos, como retrasar o saltarte las comidas, o bien una incorrecta alimentación, como comida rápida, golosinas, etc.
Conclusión
Cuando te exiges demasiado puedes desarrollar diversas consecuencias, no solo en el aspecto físico, sino también en el mental, las cuales al no darle el tratamiento adecuado, puedes empeorar. Por ello a pesar de que esforzarse sea importante, es necesario que cuides como te tratas a ti mismo.
Visita nuestro blog para más consejos de salud mental y emocional.