Existen muchos componentes que aseguran la felicidad en el matrimonio: una buena comunicación, compartir tiempo, ser empáticos, respetuosos, cuidar los detalles, demostrar cariño, entre otros. Sin embargo, el ingrediente para una unión exitosa no va por ahí.
En toda relación podemos conseguir maravillosas cosas como ternura o sentimientos de amor, intimidad, complicidad y sexualidad.
Sin embargo, no podemos creer que esa unión es la panacea que nos rescatará de las insatisfacciones que cargamos. Lo que realmente tenemos que comprender es:
No podemos negar que la pareja te puede brindar felicidad; sin embargo, no tiene el poder de hacerte feliz, porque no depende del otro, la felicidad está en tí.
No hay modelos para relaciones perfectas, tampoco hay un único ingrediente que te garantice la felicidad en el matrimonio. Pero lo más importante será ser feliz y completo contigo mismo, para poder compartir ese derroche de seguridad y alegría con el otro.
Ahora bien, te preguntarás ¿qué hacer con ciertas situaciones que se presentan en toda relación completamente ajenas a tu felicidad personal?
A continuación te daremos unos simples consejos extra para que reine la felicidad en tu matrimonio:
Fluir
Cuando una relación fluye nos sentimos muy bien y compartimos esa sensación con la otra persona. Sin embargo, cuando todo cuesta, es un poco difícil que nos enriquezca. Sabemos que pueden surgir dificultades, pero a pesar de ellas y del vínculo que existe entre ámbos las cosas deben surgir de manera sencilla.
Compatibilidad
Si en nuestra relación hay ciertas diferencias como el estilo o modelo de vida, la realidad cultural y social, la educación recibida, sueños y expectativas será necesario estar muy claros de ellas y aceptarlas. Ya que el enamoramiento puede hacer que no veamos este tipo de compatibilidades y a la larga estas diferencias sean motivos de descontentos.
Empatía
Entender que ambos son compañeros de vida, lo que significa que sintamos verdadero entendimiento por parte de la pareja y viceversa, teniendo un refugio donde eres comprendido, pudiendo así establecer un verdadero vínculo que permite alcanzar los objetivos en común, respetando la individualidad de cada uno.
Confianza
Cuando se tiene la seguridad y certeza de que el otro quiere nuestro bien y no nos hará daño. Cuando sentimos plena confianza en la pareja es porque tenemos la convicción de que no será necesario protegerse por miedo a reclamos y pasar malos ratos.
Dar sin esperar a cambio
Cuando la pareja entiende esto tiene gran parte del terreno ganado en la relación, ya que siempre dará porque le satisface entregar, demostrar cariño y el amor que se tiene por el otro, sin esperar el retorno o la forma en que regresa esa demostración.
En la medida que sepamos expandirnos y aprendamos a amar, seremos capaces de abrirnos a una experiencia de plenitud y, por ende, de felicidad, sin que ésta dependa de quién esté a nuestro lado, siendo así la experiencia del amor lo más grande que podemos vivir.
La felicidad en el matrimonio es algo que toda pareja busca mantener y las condiciones que mencionamos anteriormente, aunque sencillas, no siempre llegamos a alcanzar. Sin embargo, nos dan ciertas pistas para comprender que siendo completos individualmente, lograremos el camino para crecer juntos.
¿Creías que la felicidad depende de tu pareja? En nuestro blog conseguirás otros temas muy interesantes que te harán ver desde otra perspectiva las relaciones.